Laboratorio de restauración

El laboratorio de restauración del Archivo Histórico de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos se proyecta y nace en 1931 por obra del archivero y con la colaboración de un experto restaurador de la Bibioteca Vaticana, con la siguiente motivación: “un laboratorio de restauración de los antiguos volúmenes del Archivo en los que aparece más evidente y delecterea la acción corrosiva de la tinta”.

La delicada misión fue sucesivamente confiada a las Religiosas Franciscanas Misioneras de María las cuales, durante dos generaciones, han realizado su trabajo de restauración y encuadernación, consiguiendo hacer que los estudiosos pudiesen consultar una parte considerable de los fondos archivísticos conservados.

En los años sucesivos, poco antes del 2000, el personal religioso fue sustituído por laicos especializados que han contribuído al traslado del Archivo Histórico a su nueva sede en el Gianicolo. La ocasión del traslado del Archivo permitió a la Congregación invertir en nueva y más adecuada infraestructura, además de cambiar la metodología usada, dedicando un esfuerzo mayor a la conservación.

En la actualidad, el laboratorio se ocupa de la conservación del material del Archivo, de la valoración de los daños y de las actuaciones apropiadas para cada uno de los fondos, la limpieza mecánica, la restauración de los documentos y la preparación de exposiciones y eventos ocasionales.