BREVE HISTÓRIA

La fundación del Archivo por Mons. Francesco Ingoli

Fue Mons. Francesco Ingoli, el primer Secretario del Dicasterio (1622-1649), el que se preocupó de recoger, desde el principio, la necesaria información sobre la situación eclesial y misionera de los territorios de misión; para poder llevar esto a cabo se dirigió a nuncios, superiores generales de las diversas Órdenes Religiosas y a los mismos misioneros, conviertiendo, de esta forma, a Propaganda Fide en el Dicasterio mejor informado de toda la Curia Romana.

Creyendo, además, que esta documentación sería importante para la Congregació, no solo para poder desarrollar un preciso programa de trabajo y una actividad eficaz, sino también, posteriormente para la historiografía, Mons. Ingoli recogía con meticulosidad todos los documentos que se referían a la actividad de la misma Congregación: actas, cartas, súplicas de misioneros, minutas de las reuniones de los miembros y del personal del Dicasterio, registros y copias de sus cartas, instrucciones, circulares, decretos, etc., poniendo, de esta forma, las bases para el archivo misionero del que él mismo fue el primer archivero.

Nació de esta forma un conjunto de documentos sobre los países de misión y los pueblos dependientes de la Congregación “de Propaganda Fide”, y principalmente del llamado “Tercer Mundo”, sin comparación en toda la Iglesia Católica y quizás también en todo el mundo. La documentación conservada en el archivo contiene no solo informaciones misioneras y eclesiales, sino también noticias de carácter cultural, etnográfico, geográfico, etc. De inestimabile valor para los pueblos de Africa, Asia, Oceanía y otros.

El Archivo durante el período napoleónico

Durante la ocupación francesa, Napoleón trasladó a Francia todos los fondos del Archivo, siendo éste devuelto a Roma, a la Congregación solo después de la caída del emperador. Precisamente a causa de este “episodio”, se perdieron algunos preciosos volúmenes del Archivo y otros fueron trasladados a Viena (Austria) siendo devueltos al Dicasterio solo en 1925.

Las varias sedes del Archivo

Para poder conservar esta documentación, Urbano VIII puso a disposición, ya en 1627, un local especial en el Palacio Vaticano. Sucesivamente, durante un breve período, el Archivo tuvo su sede en la Cancillería Apostólica, lugar en que se encontraba la oficina de Mons. Ingoli y, finalmente, después de la muerte de éste, fue trasladado al Palacio de la Congregacón, costruído entre tanto en la Plaza de Epaña. Finalmente, durante el año 2001 la documentación histórica del Dicasterio se trasladó a su actual sede en el Campus de la Pontificia Universidad Urbaniana (Via Urbano VIII, 16). Esta nueva sede, iniciada durante la Prefectura del Cardenal Jozef Tomko, fue inaugurada oficialmente, el 5 de enero del 2002, por el Cardenal Crescenzio Sepe, en aquel momento Prefecto del Dicasterio, justo 380 años despues de la fundación de la “Sacra Congregatio de Propaganda Fide” el 6 de enero de 1622).

El traslado a la nueva sede del Gianicolo

Iniziado en el mes de noviembre del 2001 y terminado en septiembre del 2002, la preparación y realización del traslado de la documentación histórica a la nueva sede de Via Urbano VIII obligó al Dicasterio a cerrar las puertas del Archivo Histórico a los investigadores de todo el mundo durante un período de casi dos años.

Durante este tiempo, además de realizar una primera inventariación de casi el 40% de la documentación conservada en los depósitos, se realizó la limpieza mecánica de 5.180 volúmenes de archivio. Para poder realizar el traslado de toda la documentación (12.500 volúmenes que van desde 1622 hasta 1959) fue necesario hacer siete viajes trasladando unas 2.500 cajas.

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